Cuestionando la Infelicidad.

En abriendo y cerrando paréntesis, les introduje en el proceso de El Trabajo ideado por Byron Katie. En este tema voy a presentarles una pequeña muestra del Método de la Opción creado por Bruce Di Marsico (1942-1995) y difundido mayormente por Barry Kaufman, muy conocido por ser el primer caso de tratar exitosamente el autismo de su hijo, con la actitud de amar es ser feliz con e imitar los movimientos de su hijo autista, entre otros procesos.

Para iniciar imaginémonos una situación que nos trae infelicidad, sufrimiento o tensión.

¿Cómo te sentirías si tu situación nunca cambia, si siempre se mantiene como está ahora?

Una cosa es querer algo de una situación y otra, completamente diferente es ser infeliz porque no se tiene eso que se quiere.

Un motivo para sentirse desdichado puede ser el temor a que eso sea siempre de esa manera, porque no se ha visto ningún cambio.

¿Por qué crees que si hasta ahora no ha habido cambios eso significa de que siempre será de esa manera?

Posiblemente sintamos alguna confusión al intentar responder a esa pregunta porque:
Primero, no la habíamos hecho anteriormente,
Segundo, nos damos cuenta de que no somos adivinos con una certeza del 100%,
Tercero, podemos recordar situaciones en que pensábamos de que iban a persistir y que cambiaron a nuestro favor y
Cuarto, podemos recordar que temimos muchas situaciones que podían pasar y que afortunadamente, no ocurrieron (la gran mayoría de las veces).

¿Qué temo que podría suceder si no fuera infeliz acerca de esta situación?

Las respuestas, aunque un poco diferentes, apuntan a que, uno no sería capaz de hacer algo en relación a esa situación; es decir, que siendo infeliz, es una manera de mostrar que se quiere que cambie la situación.

¿Por qué creo que tengo que ser infeliz para lograr lo que quiero?

Porque…. Porque si no estoy infeliz, estoy demostrando de que no me importa.

¿Si la situación no cambia y no muestras infelicidad, eso significa que no te importa, de que eres indiferente?

Muy buena pregunta, ¿verdad? Se nos ha enseñado que sentirnos tenso o sufrir ante algo, significa que nos interesa lo que pasa en esa situación, de que estamos pendiente, de que cuidamos de eso e incluso de que amamos.

¿Es esa creencia útil?

¿Necesariamente tenemos que sentirnos mal para que una situación cambie a nuestro favor? ¿Y si no cambia, el sentirnos peor hasta afectar nuestra salud, determinará que cambie para beneficiarnos?

Podemos entender como tratamos de usar el miedo u otra emoción/sentimiento que etiquetamos de negativo, para motivarnos y también entender que, el miedo al futuro
desvía nuestra atención de lo que pasa aquí y ahora.

Podemos darnos cuenta de que cuando hablamos de expectaciones, de deberías o no deberías, de que se supone o no se supone, entramos en un estado de necesitar que las cosas sean de cierta manera para que ser feliz. Y si eso no es así, nos sentimos miserable, ansiosamente mirando lo que tememos, mientras frecuentemente pasamos por alto las cosas buenas que tenemos.

Al entender como usamos esas emociones negativas para motivarnos, pueden desaparecer
esas creencias y esas negatividades.

Cuando eso ocurra, llegaremos a decir por experiencia propia lo que escribió Pablo en su carta a los Filipenses 4:11 “He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre” *

En otras palabras, aprender a estar contento en las buenas y en las malas.

Hernán.


* Biblia Nueva Versión Internacional